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jueves, 31 de enero de 2013

ORACIÓN SIMPLE Y COMPUESTA. ESQUEMAS.


En el siguiente enlace disponéis de una recopilación de contenidos sobre la oración simple y compuesta, fácil de entender.

martes, 29 de enero de 2013



CUENTOS DEL CONDE LUCANOR.

Don Juan Manuel escribió esta obra en el siglo XIV, en plena Edad Media. Está formada por 51 Ejemplos o cuentos en los que el autor nos presenta a un joven noble que recibe consejos de su ayo, una especie de profesor particular.

Aquí os dejo un comentario del Cuento VII. Se trata del cuento de Doña Truhana, el cual inspiró a Samaniego para la famosa fábula de la lechera.





Localización.

El relato que vamos a comentar pertenece a la obra El conde Lucanor, compuesta dentro del periodo de la Edad Media, más concretamente de la Baja Edad Media que se caracterizaba por un sistema feudal, cuya sociedad era estamental y teocéntrica.

Esta obra, considerada la obra cumbre de la narrativa en prosa del siglo XIV de la literatura española, está formada por 51 relatos compuestos entre 1330 y 1335 por don Juan Manuel, noble del siglo XIV. No son relatos originales sino que fueron recogidos por don Juan Manuel de distintas fuentes (orientales, árabes...) transformándolas posteriormente y traduciéndolas a la lengua romance, que por entonces se encontraba en pleno proceso de formación tras los primeros pasos dados por su tío Alfonso X.

Alfonso X había impulsado a finales del siglo XIII la Escuela de Traductores de Toledo donde, con ayuda de musulmanes, judíos y cristianos se traducían obras del árabe o hebreo al castellano, convirtiendo así la prosa castellana en lengua de cultura. Además establece las normas de ortografía, perfecciona la sintaxis e incorpora a la lengua tecnicismos y cultismos.

Don Juan Manuel es el primer narrador que utiliza la prosa castellana para escribir relatos, hasta entonces sólo se empleaba el verso (Cantar de Mío Cid, El Libro de Buen Amor...), dotando así al castellano de carácter literario. Además es consciente de ser un autor individual responsable de su obra, por lo que cuida que ésta no sufra alteraciones.

La originalidad del estilo de don Juan Manuel reside en la manera que trata el tema: en forma de diálogo entre el conde y su servidor Patronio. Esto se puede observar en el relato que estamos comentando donde los guiones introducen las voces de los personajes. Otros rasgos de su estilo son el uso de léxico culto y empleo de recursos literarios como el hipérbaton, la elipsis, la metáfora, el paralelismo, la hipérbole y la comparación, así como el uso de la sinestesia, el polisíndeton, la exclamación y la paradoja.

En cuanto al propósito de la obra es doble. Por un lado tiene una intención moral, advertir de los defectos morales, como ya se venía haciendo en otras obras y que se relaciona con el contexto en que se escribe. Por otro, enseñanzas prácticas para orientar a los nobles de la época sobre cómo conservar la fama, la honra y el patrimonio.

Género.

Se trata del primer texto narrativo escrito en prosa castellana. En él un narrador nos cuenta las situaciones por las que pasa el Conde y cómo se le aconseja sobre la mejor manera de actuar. Los distintos relatos pertenecen al subgénero del cuento, es decir narraciones breves, con un número reducido de personajes y con un argumento sencillo donde el nudo nos lleva rápidamente al desenlace.

Podemos observar cómo aparecen los elementos propios de una narración: narrador, personajes, espacio, tiempo y acción.

En cuanto a las tipologías textuales usadas, podemos comprobar cómo se emplea tanto la narración en sí misma, el diálogo marcado por los guiones que introducen cada intervención permitiendo a los personajes expresarse por sí mismos, y también se emplea la descripción, sobre todo de acciones y de pensamientos, como posteriormente se comentará en la forma.

Tema y estructura.

Lo primero que hay que advertir es el hecho de que esta obra encierra distintas narraciones: la historia del conde Lucano, que vamos descubriendo a lo largo de la lectura de los distintos relatos, y los distintos relatos que cuenta Patronio y que nos presentan distintas situaciones y personajes.
Dicho esto, entenderemos que, aunque cada relato trate un tema concreto podríamos considerar como tema de la obra las consejas que recibe el Conde de su consejero Patronio para aprender a actuar en la vida. El tema de este relato es las falsas ilusiones que nos creamos.

En cuanto a la estructura de los relatos es lineal y todos están estructurados de la misma manera:
1. El conde Lucanor pide consejo a Patronio (Planteamiento del problema)
2. Patronio establece una semejanza entre el caso que plantea el conde y un cuento. (Opinión de Patronio)
3. Patronio narra el cuento. (Enxiemplo)
4. Consejo de Patronio. (Conclusión)
5. El conde pone en práctica el consejo. (Aplicación)
6. Don Juan Manuel resume la enseñanza del cuento en dos versos pareados a modo de moraleja. (Moraleja)

El relato que estamos comentando trata del consejo que le pide el conde a Patronio sobre un negocio que le han propuesto y que, en principio, parece ventajoso; Patronio le hace ver que no todo parece lo que es, para ello le cuenta el cuento de doña Truhana. Consta de 40 líneas, más el título, divididas en 12 párrafos que se estructuran de la siguiente manera:

1. Planteamiento del problema (líneas 1 a 5): un hombre le habla al conde Lucanor acerca de un asunto que sería muy provechoso en muchos aspectos.
2. Opinión de Patronio (líneas 6 a 10): es de inteligentes atenerse a las cosas certeras.
3. Enxiemplo (líneas 11 a 29): lo que le sucedió a doña Truhana
cuando llevaba la miel al mercado.
4. Aplicación al caso concreto del conde Lucanor (líneas 30 a 34): las
ilusiones desmedidas hay que desecharlas.
5. El conde pone en práctica lo dicho por Patronio (líneas 35 y 36).
6. Versos que contienen la moraleja de la historia (líneas 37 a 40).

Elementos de la narración.

En cuanto a los elementos de la narración, en primer lugar, es de destacar que en este relato tenemos dos narradores: un narrador observador en tercera persona que nos cuenta lo que ve y que interviene en pocas ocasiones, para introducir y cerrar el relato (líneas 1, 6, 7, 11 y 35-40). Pero también Patronio actúa como narrador, en este caso se trata de un narrador en tercera persona omnisciente que cuenta la historia de Doña Truhana (párrafos: 6, 7 y 8). En el relato principal se usa el estilo directo a través del diálogo que mantienen los personajes, Patronio y el Conde, y que ocupa los párrafos 2, 4 y del 6 al 9; en cambio, en el relato secundario no se oye nunca la voz de los personajes sino que lo que estos piensan o dicen lo sabemos a través del narrador (línea 14: “empezó a pensar que vendería la miel...”).

En cuanto a los personajes, tanto el Conde como Patronio son principales del relato, al igual que doña Truhana del ejemplo de Patronio. Todos son personajes tipos que muestran los rasgos del grupo social al que pertenecen, además son planos ya que se caracterizan por rasgos muy simples.

La forma de caracterización de los personajes es indirecta, es decir conocemos a los personajes por cómo actúan y hablan y no por una descripción que haya hecho el narrador. Así, el Conde es una persona joven, sin experiencia en la vida que necesita el apoyo constante de su consejero y que está por encima de Patronio, lo cual se observa por la forma de dirigirse el conde a Patronio, no usa el vos (línea 2: “Patronio, un hombre...”) y a lo largo de todo el segundo párrafo en el que muestra su ingenuidad y pide consejo; en cambio, el consejero debe ser mayor y con mucha experiencia en la vida, es un hombre sabio y comedido a la hora de aconsejar al conde, al que humildemente da su opinión y trata con respeto (línea 8: “Señor Conde Lucanor...”; línea 12: “Señor conde...”).

Pasando al espacio y al tiempo en el que se desarrolla la narración, en principio no encontramos datos concretos que nos digan en qué espacio y tiempo se desarrolla la historia principal, aunque al tratarse de un conde que pide consejo a su consejero podemos pensar que se trata de la casa del conde (espacio interior), y evidentemente debe estar situada en la Edad Media ya que el texto se compuso en esta época, además se debe desarrollar en un solo día. El cuento que narra Patronio se sitúa en el camino que lleva al mercado (espacio exterior) donde la protagonista va a vender la mercancía, esto nos da la pista de que la acción transcurre por la mañana cuando era propia la venta en el mercado y evidentemente en la Edad Media, ya que en aquella época el sistema de compra era el trueque y también tiene lugar en un solo día.

Para terminar hablaremos de la acción, ésta es lineal ya que las acciones se suceden de forma ordenada.

Lengua y estilo.

Para terminar el comentario vamos a analizar la lengua y el estilo empleado en este relato.
Lo primero que destaca es el uso de la forma dialogada, los personajes hablan usando el estilo directo y no a través del narrador. Para ello se usan los guiones que señalan la intervención de cada personaje.

Se trata de un texto narrativo, por lo que abundan los verbos y, en cuanto a los verbos, observamos el uso del presente (línea 3: “aseguro, tiene”) para las acciones que tienen lugar en ese momento, el pretérito perfecto compuesto (línea 2: “ha propuesto”) para las acciones pasadas pero no terminadas y el pretérito imperfecto de subjuntivo (línea 4: “pudiera”) para las acciones que se consideran hipotéticas, en la intervención del conde; en cambio el consejero utiliza el pretérito perfecto (línea 8: “oí”) para las acciones pasadas y terminadas, el presente (línea 8: “atiene”, línea 9: “viven”) para las acciones que ocurren en ese momento o para hablar de las realidades aceptadas como tales por todos, y para narrar la historia de doña Truhana emplea el imperfecto (línea 12: “había una mujer”) para presentar los hechos de su historia y el presente de subjuntivo condicional (línea 15: “diesen” y “compraría”) para contarnos los pensamientos de doña Truhana y a lo que dan lugar. El narrador observador externo emplea el pretérito perfecto ya que indica acciones pasadas y terminadas (línea 6: “contó”).

Encontramos nombres propios como Truhana, Patronio y Lucanor. Además, vemos cómo para hablar del negocio que le han ofrecido, Lucanor utiliza sustantivos abstractos: línea 3, “ventajas”; línea 4, “utilidad y provecho”. Se utiliza un sustantivo comodín: “cosa” en la línea 2, así como “hombre” para no especificar de quién se trata; no importa tanto la cosa como la enseñanza de Patronio. También se emplean sustantivos abstractos para trasmitir esa sensación de que lo propuesto al conde son ilusiones y no realidades (línea 31-32: “fantasías o imaginaciones...”)
Abundan los sustantivos concretos en la enumeración de los pensamientos que tiene doña Truhana, línea 14-17: “miel, huevos, gallinas, ovejas”.
Llama la atención los pares de sustantivos “hijos-hijas, yernos-nueras” ya que en ningún momento se nos dice que esté casada pero en su imaginación hasta se ve con los maridos y mujeres de sus hijos (línea 19, 20: “podría casar bien a sus hijos e hijas, y que iría acompañada por la calle de yernos y nueras”).

En cuanto a los adjetivos, destaca el uso de los antónimos “rica y pobre”, con significado valorativo, para hacer alusión al nivel de doña Truhana, utilizando así un circunloquio para decir que pertenece a la clase media (líneas 12 y 13: “que era más pobre que rica”).
Se emplean vocativos en varias ocasiones: línea 2, “Patronio”; en la línea 8, “Señor Conde Lucanor”; línea 12, “Señor conde”,...

En cuanto a las oraciones, se usan las coordinadas y subordinadas, como es más propio del texto escrito ya que éste es más elaborado (poner ejemplos).

Si nos detenemos en el aspecto léxico es de destacar los antónimos empleados para hablar de doña Truhana como ya mencionamos anteriormente (“más pobre que rica”). También interesa la repetición o familia léxica de “comprar” (párrafo 6), hablando de doña Truhana; así como la de “reír” (párrafo 8), que antes de descubrirnos qué va a pasar nos lo podemos imaginar.
Es de comentar la mención a Dios con respecto a las ventajas del negocio que le proponen al conde (línea 3: “con la ayuda de Dios”).

 Esto tiene que ver con el hecho de que en la Edad Media, tanto la buena como la mala fortuna no sólo eran producto de la laboriosidad del hombre sino que se pensaba que la voluntad de Dios jugaba un papel bastante importante en la buena o mala consecución de las acciones emprendidas por el hombre; de ahí que el conde Lucanor, aunque vea claramente que el asunto puede salir bien, ponga sus esperanzas en que la voluntad divina coincida con la voluntad humana.
Podemos observar como aparece una enumeración, en este caso se trata de los pensamientos y esperanzas de doña Truhana:

- compraría una partida de huevos (línea 15)
de los cuales nacerían gallinas (línea 15-16)
- con el dinero que le diesen por las gallinas, compraría ovejas (línea 16)
así fue comprando vendiendo, siempre con ganancias (líneas 17)

Otra descripción de la evolución de los pensamientos de doña Truhana, que ya ve como reales, es:

 - Luego pensó que, siendo tan rica, podría casar bien a sus hijos e hijas (línea 19)
 - y que iría acompañada por la calle de yernos y nueras (línea 19-20)
 - y, pensó también que todos comentarían su buena suerte pues había llegado a tener tantos bienes aunque había nacido muy pobre (línea 20-22).

En cuanto a los recursos literarios, el que más destaca es el hipérbaton: línea 1 (“Otra vez, estaba hablando...”, el complemento aparece delante del verbo y el sujeto detrás del verbo)...; la elipsis abunda a lo largo de todo el texto: línea 3 (“Os aseguro que tiene”), línea 6 (“le contó a Patronio”), línea 14 (“empezó a pensar que vendería”),...

Para terminar haremos alusión al pareado que resume la moraleja y que se nos dice que es Don Juan Manuel quien lo ha escrito. Esto es otro rasgo del estilo de Don Juan Manuel, que se hace mencionar en su propia obra. El pareado son dos versos alejandrinos, ya que se les suma una sílaba al ser versos agudos, con rima consonante en –ar.


domingo, 20 de enero de 2013





Comentario de texto: Libro del Buen Amor, Arcipreste de Hita.




(1) ¡Ay, Dios, cuán hermosa viene Doña Endrina por la plaza!
¡Ay, qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza!
¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buenandanza!
Con saetas de amor hiere cuando los sus ojos alza.
(5) Pero tal lugar no era para conversar de amores; 
acometiéronme luego muchos miedos y temblores, 
los mis pies y las mis manos no eran de sí señores, 
perdí  seso, perdí  fuerza, mudáronse mis colores.
(9) Unas palabras tenía pensadas para le decir,
la vergüenza ante la gente otras me hace proferir;
apenas era yo mismo, sin saber por dónde ir;
mis dichos y mis ideas no conseguían seguir.
(13) Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta
y, a veces, mal perro atado está tras la puerta abierta; 
es bueno disimular, echar alguna cubierta, 
pues sólo en lugar seguro se puede hablar cosa cierta.
(17) “Señora, la mi sobrina, la que en Toledo vivía,
a  vos se encomienda mucho, mil saludos os envía;
si hubiese lugar y tiempo, por cuanto de vos oía,  
tendría placer en veros y conoceros querría.                    
(21) Deseaban mis parientes casarme en esta sazón
con una doncella rica, hija de Don Pepión; (1)
a todos di por respuesta que no la quería, no. moneda.
¡Mi cuerpo será de aquella que tiene mi corazón!”
(25) Luego, hablando en voz baja, dije que disimulaba
porque toda aquella gente de la plaza nos miraba; 
cuando vi que se marchaban y que ya nadie quedaba
comencé a decir la queja de amor que me lastimaba.
Juan Ruiz, Libro de Buen Amor.

(1) Don Pepión: Nombre de moneda.

LOCALIZACIÓN.


Este fragmento pertenece al Libro de Buen Amor de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. La obra se inscribe en el denominado Mester de Clerecía, dentro del período de la Edad Media, más concretamente de la Baja Edad Media, que se caracterizaba por un sistema feudal, cuya sociedad era estamental y teocéntrica.

De este libro se conservan manuscritos con dos versiones distintas: una de 1330 y la otra de 1343. Respecto del autor, conviene señalar que se conocen pocos datos de su vida. Al parecer, debió de nacer hacia 1295, hijo ilegítimo de un noble castellano cautivo en tierras musulmanas. Posiblemente fue clérigo de la diócesis de Toledo y miembro de los tribunales eclesiásticos encargados de juzgar la vida licenciosa de los sacerdotes. Tal vez de ahí tomara datos interesantes para su libro.
El Libro de Buen Amor es una obra de contenido diverso, muy heterogéneo, con un hilo narrativo que se ve muchas veces interrumpido por fragmentos de distinta índole. El argumento principal lo constituyen una serie de aventuras amorosas de carácter autobiográfico con distintas mujeres: doña Cruz, las serranas, doña Garoza… Se alternan éxitos y fracasos, aunque abundan más los segundos. En concreto, el fragmento que aquí comentamos pertenece a uno de los episodios amorosos del protagonista convertido ahora en don Melón de la Huerta, quien trata de conseguir los amores de la joven viuda doña Endrina. Se trata de la reelaboración del Pamphilus de amore, comedia latina del siglo XII. 

Fechado en 1330 y de cuyo autor, un tal Arcipreste de Hita, no hay datos concluyentes. Narra, a través de una autobiografía ficticia, sus aventuras amorosas que acaban siempre en fracaso.

La obra está dividida en cinco partes:

1. Una introducción donde el autor explica el sentido e interpretación del libro.
2. Una autobiografía ficticia del autor, que consiste en narrar sus amores con distintas mujeres, ayudado por Trotaconventos.
3. Una narración de los amores de don Melón y doña Endrina.
4. Una colección de ejemplos, fábulas y cuentos, que sirven como enseñanza moral y cierre de los episodios.
5. El relato alegórico de la batalla de don Carnal y doña Cuaresma.

       Este fragmento pertenece a la tercera parte donde se narran los amores de don Melón y doña Endrina. En él se nos presenta a don Melón enamorado de doña Endrina a la que pretende declarar su amor.

      En cuanto a la métrica es de destacar la polimetría propia de este texto. El autor utiliza la cuaderna vía para la narración, como observamos en este fragmento, y el villancico o el zéjel para las composiciones religiosas.

     El realismo es la característica estilística que resalta en esta obra: se representa a toda la sociedad de la época dando una visión realista de la misma. Además, este autor utiliza la sátira, el humor y el tono juglaresco junto con la mezcla de lo culto y popular.

      Parece que la intención del autor era moralizante, enseñar a los hombres que deben seguir el Amor Divino y no el amor carnal, pero a lo largo de la obra observamos la ambigüedad en su intención ya que parece ofrecer técnicas para disfrutar de los placeres carnales más que para evitarlos.

GÉNERO.

        Se trata de un texto narrativo escrito en verso que corresponde al mester de clerecía. Se utiliza la cuaderna vía: versos alejandrinos, monorrimos con rima consonante como se puede observar en el fragmento que estamos comentando.

Además de la tipología narrativa, encontramos la descripción sobre todo en la primera estrofa donde don Melón alaba la belleza de doña Endrina. El diálogo se halla entre la quinta y sexta estrofa, donde el propio don Melón transcribe el comienzo de su conversación con doña Endrina utilizando el estilo directo.

Los autores del Mester de Clerecía eran conscientes de estar escribiendo para la posteridad y por tanto cuidan el lenguaje.

La finalidad del Mester de Clerecía era didáctica y, en este sentido, esta obra pretende enseñar el buen camino a los jóvenes para que no pequen. Esta actitud está ligada al contexto en el que se inscribe, donde el poder de la iglesia lo abarca todo y amedrentaba al pueblo analfabeto. Con este sentido didáctico probablemente se emplea la técnica de la autobiografía, que es novedosa y no la volveremos a encontrar hasta El Lazarillo de Tormes. 

    Encontramos en esta obra un personaje muy importante, la Trotaconventos, que en el S.XV dará lugar a La Celestina de Fernando de Rojas.

       En este fragmento, se nos muestra a don Melón profundamente enamorado de doña Endrina a la que intenta declarar su amor. La finalidad didáctica se puede apreciar en la idea del amor como enfermedad que enloquece al que cae en sus garras.

TEMA Y RESUMEN.

El tema principal del fragmento es el deseo de don Melón de expresar su queja de amor a doña Endrina. Como temas secundarios, se distinguen el miedo a las habladurías de la gente (“Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta/ es bueno disimular, echar alguna cubierta/ pues sólo en lugar seguro se puede hablar cosa cierta”), y la importancia del dinero entre las clases burguesas (“Deseaban mis parientes casarme con una doncella rica, hija de don Pepión”).

Respecto a los tópicos literarios presentes en el texto, podemos diferenciar los siguientes: loco enamorado, ya que el protagonista parece perder la razón por el amor de la amada (“acometiéronme muchos miedos y temblores/ los mis pies y las mis manos no eran de sí señores/ perdí seso, perdí fuerza, mudáronse mis colores/ apenas era yo mismo/ mis ideas no conseguían seguir”…); y quejas del enamorado (“Cuando vi que se marchaban/ comencé a decir la queja de amor que me lastimaba”).

ESTRUCTURA.

El fragmento presenta una clara estructura narrativa que se puede dividir en las siguientes partes:

a) 1ª parte (versos 1-8): don Melón expresa lo que siente cuando ve a doña Endrina en la plaza y cómo pierde el control de sus acciones.
b) 2ª parte (versos 9-24): con la excusa de darle recuerdos de su sobrina, don Melón se acerca a la dama intentando disimular ante toda la gente que los mira.
c) 3ª parte (versos 25-28): finalmente, cuando todos se marchan, el protagonista expresa su queja de amor a doña Endrina.

    La estructura del fragmento es lineal, pues la acción se desarrolla en orden cronológico. Sin embargo, el hilo narrativo se ve interrumpido en la estrofa cuarta, en la que el autor introduce una reflexión de carácter didáctico acerca de cómo hablar a una dama en un lugar público.

     En cuanto al narrador, se utiliza la primera persona protagonista, lo que lleva a interpretar el texto (y la obra) como una autobiografía del arcipreste, aunque ello nunca fue corroborado. Los personajes que aparecen en este fragmento son don Melón, protagonista y personaje arquetípico que parece encarnar una caricatura del “loco enamorado”; doña Endrina, que representa la dama delicada por la que suspira el galán; don Pepión, personaje que simboliza la nueva burguesía y que sólo es mencionado en el texto; y la gente de la plaza como personajes fugaces. Como vemos, los personajes se corresponden con el tono humorístico que predomina en la obra, en este caso, disfrazado en los nombres elegidos para los amantes (nombres de frutas) y el de don Pepión (nombre de moneda, en representación de su riqueza).

     En el fragmento las referencias al tiempo externo son escasas, emplea el adverbio “luego” en dos ocasiones para expresar la continuidad temporal de los hechos que se narran.  En cuanto al tratamiento del tiempo interno emplea elipsis y  sumario, en el relato de los hechos,  y tiempo escena en la reproducción del diálogo.

     El espacio, según su ubicación, es abierto, ya que se desarrolla en una plaza, (“Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta…”) y según su relación con la realidad es real y verosímil.


ANÁLISIS DE LA FORMA.

El análisis métrico nos muestra el uso de la cuaderna vía, estrofa característica del Mester de Clerecía, aunque los versos en su mayoría son de 16 sílabas, divididos en dos hemistiquios. Métricamente las estrofas son un ejemplo de las variaciones del Mester de Clerecía en el siglo XIV. La rima es consonante, si bien en la primera estrofa los versos riman en asonancia.

Algunas figuras literarias que se pueden identificar en el fragmento son las siguientes:
Se inicia la primera estrofa, con un claro vocativo (¡Ay Dios!),  que no es sino un suspiro ante la presencia de doña Endrina, para después transmitirnos el ritmo acelerado de don Melón ante su aparición por la plaza, lo que consigue mediante recursos literarios
basados en la repetición: la anáfora (versos 2 y 3) o el paralelismo (determinante exclamativo + sustantivo) y el asíndeton: “qué talle, qué donaire, qué alto cuello…”

Estas enumeraciones sustantivas las utiliza para describir a doña Endrina: talle, donaire, cabellos, boquilla, color, buenandanza, si bien la falta de adjetivación deja la descripción un tanto a la imaginación del lector que debería “completarla”. Para ensalzar su belleza, acude el Arcipreste, además de a la enumeración, al uso de la metáfora: “qué alto cuello de garza”, así de esbelta y ágil es su enamorada. Pero, además, metafóricamente, como Cupido, su mirada se clava en el corazón de quien la contempla (“con saetas de amor hiere…”).

Y a su efecto en don Melón dedica Juan Ruiz la segunda estrofa. Tras un primer verso tal vez algo narrativo (“Pero tal lugar no era…”), recobra de nuevo el tono y con la ayuda del propio ritmo silábico, de la rima, de personificaciones (“los pies míos y mis manos no eran de sí señores”), cierra la estrofa de nuevo intensamente con la repetición “perdí seso, perdí fuerza” que nos deja la imagen de un don Melón sin fuerzas, sin color, perdido ya todo raciocinio.
En la tercera estrofa nos encontramos con un hipérbaton en el primer verso: “Unas palabras tenía pensadas para le decir”.
Volvemos a encontrar el empleo de la exclamación retórica en el último verso de la sexta estrofa: “¡Mi cuerpo será de aquella que tiene mi corazón!”.
Por otro lado, merece especial mención el uso de rasgos juglarescos en la obra del arcipreste. En este fragmento en cuestión aparece el estilo directo, lo que otorga frescura al texto y lo acerca al “habla viva” del pueblo. El empleo del refrán “mal perro atado está tras la puerta abierta” en el verso segundo de la cuarta estrofa, tiene el mismo sentido que el empleo del estilo directo, pues se trata de un rasgo característico de los juglares. En esta misma línea, el uso del diminutivo “boquita” en el tercer verso de la primera estrofa, también es propio del habla popular.










martes, 8 de enero de 2013

ENCUENTRO CON INÉS VILPI.

Los alumnos de 3º de ESO han elaborado una crónica del encuentro, celebrado el día 20 de noviembre de 2012, con la ilustradora Inés Vilpi. A continuación podéis leer dos de los trabajos seleccionados. Para ello debéis pinchar en los enlaces siguientes.
¡Buen trabajo, chicos!